Hace algunos días
me entro una comezón en un ojo y no podía dejar de frotarme mientras me
preguntaba será verdad lo que me decía mi abuela cuando yo era pequeña? Recuerdo cuando me decía que no me frotara
los ojos porque era malo, pues resulta que tenía razón. Frotarse los ojos con
fruición no es para nada la solución recomendada.
Aquí te comparto
los resultados de mi búsqueda espero te sean de utilidad.
La realidad es que casi todo el mundo tiende a frotarse los ojos y varias veces en el día, especialmente cuando se nos mete un objeto en el ojo o como yo que a veces lo hago solo por placer.
Por qué tendemos
a recurrir a esto?
Pues porque al
frotarnos los ojos estimulamos la secreción de lágrimas que nos ayudan a
limpiar y lubricar los ojos y desprendernos de la sustancia intrusa que nos
causa esta irritante molestia.
Cuando nos
frotamos los ojos estamos transportando una gran cantidad de bacterias en
nuestros dedos, nudillos, o palmas, a nuestros ojos y podemos correr el riesgo
de sufrir conjuntivitis o una infección ocular. Además esto puede llegar a
producir alteraciones en la superficie ocular, deteriorar la piel de los
parpados y romper pequeños vasos sanguíneos acelerando el proceso de
envejecimiento cutáneo de esta zona ocasionando la aparición de bolsas y
ojeras.
Cada vez que nos
frotamos los ojos generamos un micro-traumatismo, casi insignificante, pero si
o realizamos de forma continuada podemos llegar a comprometer el tamaño de la
capa de la superficie corneal y además, deformar su forma y curvatura.
Si nos ha entrado
alguna partícula extraña en los ojos y sufrimos un picor insoportable lo más
recomendado es que recurramos a utilizar un suero fisiológico o lagrimas
artificiales que se pueden adquirir fácilmente y nos ayudaran a limpiar los
ojos y mantenerlos lubricados.
Si la necesidad
de frotamiento persiste quizás lo produzca una alergia atópica u otra patología
y deberás acudir a un oftalmólogo lo antes posible.
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